Durante los largos meses de confinamiento, solo un tipo de vehículo se desplazaba por las carreteras del país. Los camiones circulaban sin detener su ritmo habitual a fin de mantener la distribución de alimentos, el suministro de medicamentos y el transporte de cualquier producto necesario que no se podía adquirir físicamente en los locales, entonces cerrados.
El sector logístico no solo no se detuvo, sino que demostró que en el siglo XXI es imprescindible. Por eso, en una nueva cita de los Foros de Economía Comarcal que promueve Levante-EMV se ha querido poner en valor el importante peso que tiene el Eje Logístico de la A-3: es el cuarto punto cardinal del mapa estratégico valenciano: al este, el Puerto de València; al sur, Almussafes, al norte Sagunt y el oeste, el eje logístico conformado en la intersección de la autovía de Madrid con la autopista del Mediterráneo AP-7.